2010 en Zavaleta

Un domingo Zavaletero

¿Yo me preguntó si la villa creció tanto que llegó a la cultura o la cultura bajó tanto que llegó a la villa? (Julio A. Arrieta recibiendo un Martín Fierro por Tumberos, en representación de Pablo Trapero).

 Tradicionalmente los domingos han sido señalados, quién sabe por que, como días sumamente “tranquilos” para compartir en familia, para quedarse en casa, en una especie de pausa hasta el siguiente lunes, y compartir en el hogar.
El domingo 26 de septiembre, los zavaleteros nos propusimos un domingo con aires de barrio y sonrisas múltiples. Con mucho de familia y de cotidianeidad.
La jornada arrancó a las 11 de la mañana, con la Feria Americana Nacional y Popular, una feria solidaria dónde los vecinos podían comprar por valores mínimos, ropa, zapatos, carteras y abrigos.
Sacamos los tablones a la calle y nos pusimos a trabajar con los compañeros de Zavaleta que nos ayudaron a preparar nuestro puestito y nos hicieron el aguante hasta las 16hs., hora en que levantamos las cosas y nos dispusimos a prepararnos para la próxima actividad. En el medio, mates, un S.O.S. de apoyo escolar, turnos de DNI y charlas con los vecinos que se iban acercando a ver qué onda.
A las 18 hs. empezamos a reunirnos juventudes de diferentes edades, adultos y pibes, adolescentes y niños, con el entusiasmo y la curiosidad que implica una salida al cine, no una más, no una cualquiera. Una salida al cine con gente del barrio para ver una peli filmada en el barrio.
Partimos hacia al ArteCinema en el 46, un total de 18 personas que, literalmente, copamos la parada e hicimos de esta, una gran tarde de domingo.
Nos recibieron con los brazos abiertos, con una cálidez que acompañaba la alegría nuestra por estar en ese cine, con esas carteleras y con toda la expectativa en Estrellas, un documental sobre otra peli filmada en la Villa 21, El Nexo, con Julio Arrieta como protagonista y la Asociación de Actores Villeros como elenco.
Pero llegamos temprano. Entonces, desde el cine nos invitaron a pasar.
Al salir del ArteCinema habíamos visto 3 peliculas, Miss Tacuarembó, Estrellas y El Nexo, habíamos charlado con Julio Arrieta y habíamos sacado algunas fotos. Eran ya las 23hs. Nos fuimos contentos y algo cansados.
Desde el cine nos invitaron a volver en el futuro y aseguramos que así lo haríamos.
Al salir, reflexionamos sobre el trabajo que había detrás de dos películas como Estrellas y El Nexo. Un trabajo que trata no sólo de devolverle la dignidad al pueblo, de generar puestos de trabajo en las villas, de confiar en ellos mismos y convertirse en actores; trata también de reconocer la cultura villera y sentirse orgulloso de ella, de reconocerse como parte del barrio, quererlo y defenderlo. Y aún más, trata de atreverse a soñar, no importa dónde ni cuando. Se puede pensar, crear y soñar en la villa como en cualquier lado y todos somos dignos de ellos.
Pensamos también en la importancia de que los vecinos del barrio puedan participar de estas actividades y sentirse partícipes de estas experiencias culturales.
Pensamos eso y muchas otras cosas que nos dejaron las palabras de Julio Antonio Arrieta. Que vale la pena luchar. Vale la pena construir. Y seguirá valiendo que sigamos construyendo, con convicciones, ideas y, sobre todo, con sueños.


Inauguración de un nuevo local de La Cámpora
El sábado 11 de septiembre se inauguró el Centro Comunitario “Teodora Ibarra”, donde disfrutamos de la apertura de un nuevo local de La Cámpora; en una jornada en la que sobró la alegría, la militancia, la mística y el esfuerzo.
Ubicado entre las Villas 21-24 y Zavaleta, Manzana 3 Casa 25, de la zona sur de la Capital Federal, el Centro Comunitario abrió defini-tivamente sus puertas con el objetivo concreto de profundizar la cons-trucción nacional que viene llevando a cabo la Agrupación La Cámpora.
Durante la Inauguración disfrutamos de la compañía de muchos vecinos y vecinas, niños y niñas, además de compañeros y compañeras de otros territorios y espacios.
Llegada la nochecita se hicieron presentes en el evento los referentes de La Cámpora, Andres “Cuervo” Larroque, Juan Cabandié y Mariano Recalde, quienes nos ofrecieron sus palabras de aliento y el compromiso de acompañar el crecimiento de este nuevo espacio.
Para iniciar el encuentro, el Sacerdote de la Parroquia Caacupé bendijo el espacio y se proyectó un video en el que se mostró el avance de la construcción y las modificaciones realizadas; así como el arduo trabajo de los compañeros que militamos en el local. A continuación, los referentes de la Cámpora Zavaleta dieron unas palabras de presentación.
Entre sonrisas y cantos, cerramos este día peronista con un brindis, unos choris, mucha música y un divertido baile.
En el Centro Comunitario se ofrecerán clases de guitarra, de arte, apoyo escolar, asesoramiento jurídico, jor-nadas culturales y otras actividades. Por otro parte, otra de las metas es la de estimular y convocar a  reuniones y encuentros con los vecinos para posibilitar el intercambio de opiniones, para escuchar sus voces y hacer realidad la palabra.
Esperamos que esto sólo sea el comienzo de algo muy grande.
A lo largo y ancho del país, miles de militantes trabajan a diario para poder llevar a cada rincón de la Argentina el Proyecto Nacional y Popular que representa hoy la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Presidente del Partido Justicialista, Néstor Carlos Kirchner. Un proyecto de país que comenzó en el 2003 con Néstor, que se renovó en el 2007 con Cristina y que militamos para que continúe sus pasos de gigante luego del 2011. Con este deseo y con esta convicción es que militamos en todos los barrios del país, porque creemos que es con la gente con la que se forja un futuro mejor.
La organización popular es el primer paso hacia la Justicia Social. Seguiremos luchando por las banderas que levantó el General Perón y que hoy flamean en las manos de nuestra Presidenta, por la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica.
Gracias a todos y todas los que nos acompañaron, nos acompañan y nos acompañarán.

Fiesta en Zavaleta!!

El micro clima zavaletero
Mientras el invierno se hace sentir en la ciudad de Buenos Aires, un barrio castigado por el olvido de la gestión macrista, se puebla de colores y sonidos propios de las comunidades de los países vecinos. Así ante la imagen estigmatizante que los medios ofrecen de ellos al asociar al barrio con la droga y la delincuencia. Sus habitantes exhiben la otra cara de la moneda a pura identidad. Es por eso que el sábado al caminar por esas calles, uno sentía la calidez opuesta al invierno porteño. Es más el invierno ha finalizado en la populosa Zava. Desde el sábado pasado un núcleo decidido de militantes de nuestra agrupación puso en marcha una maquinaria que sólo reconoce como límites los propios sueños.
El sueño de la casa propia:
Parece el slogan de una publicidad de créditos hipotecarios, no? Ilusión típica clase mediera, pero que en éste caso sirve como imagen para entender cosas como las que pasaré a describir. Cómo comprender sino, que una compañera que con diecisiete años, en lugar de estar pensando en un embriagador viaje de egresados del secundario. Se preocupe y ocupe de conseguir y transportar treinta litros de pintura desde Las Heras a caballito. O que otro compañero se presente al barrio sin dormir para estar toda una tarde rasqueteando una pared. Tampoco es entendible que otra cumpa ponga en riesgo su laburo y que con el estómago estrangulado de angustia solicite ayuda a otro compañero para urdir la excusa perfecta ante su efe y así ponerle el cuerpo a éste sueño llamado: Centro Comunitario Teodora Ibarra.
Son historias mínimas, similares a las de cada uno de los que estuvimos allí. Pero que enhebradas forman parte del sueño colectivo de la PR (en la Cámpora). Hacer pie en Zavaleta, mejorar las condiciones de vida de su gente, nutrirnos de sus historias y crecer juntos como parte de un Proyecto Nacional de desarrollo con inclusión social. Por eso estuvieron también más compañeros trabajando con encuestas para el Ministerio de Salud. Para conocer y detectar factores de riesgo de los habitantes del barrio. Con el objetivo de que el Estado Nacional llegue al barrio y se pueda llevar adelante un operativo de vacunación contra la gripe A.
Manos a la obra:
Y nadie se quedó quieto. Unos con papel de lija en mano, otros con espátula. La negra midiendo la casa. Papu negociando presupuestos con electricistas. Mucho movimiento, desorden, polvo y alergia que emanaba de mi nariz. También los gritos de Luna cuando arácnidos huían a la superficie de la pared al ser desalojados de sus hogares. El Ovi resultó un talentoso de la espátula y del enduído.
La cosa iba pintando, si. No sólo las paredes, también nuestras compañeras. Papu arrancó con un viejo rodillo y mientras coloreaba la pared, su ropa, mi campera, su cara y el trabajado flequillo quedaban salpicados de un modo simétrico. Otros hacíamos bordes con el pincelito, no por ser prolijos sino que con el pincel fino al ser pequeño los errores eran menos visibles.
Apareció el flaco Tincho, trajo los volantes diseñados por Gime. Nos vino perfecto para con su altura completar los extremos de la pared. Al rato dijo presente Maga, la pequeña gigante se trajo la caja típica de materiales de maestra jardinera, folletería y la infaltable cámara para registrar el momento histórico de la PR cumpliendo el sueño de la casa propia.
La maquinaria estaba en marcha. Cada compañero que llegaba encajaba como un engranaje a la perfección. No nos corría ninguna línea de producción como en las fábricas y mientras el color de las paredes transformaba la casa, un olorcito a comida casera nos envolvía. Si compañeros, Mirta una vez más cocinaba para nosotros. Ni el combustible falló, porque con guiso espectacular nos llenó de energía para continuar sólo hasta que se fuera la luz natural.
A seguir soñando:
Fue así entonces que nos fuimos a lo de Mirta y tuvimos el gusto de conocer a la culpable de todo. La casa perreteana es posible gracias a la suegra de Mirta que está a su cuidado. Con sus padecimientos de salud a cuesta nos saludó a todos, le expresamos nuestro agradecimiento y nos despedimos extendiéndole la invitación a la pronta inauguración de algo que sólo es posible por su generosidad y la de Mirta.
La jornada se fue, no así nuestros sueños. Partimos y como siempre Mirta nos seguía ofreciendo comida. Las cuadras de regreso caminando se acortaron en innumerables propuestas de actividades en el centro comunitario. Un listado de tareas a cumplir, objetos a conseguir, biblioteca, botiquín, computadoras.
En fin a seguir soñando y militando compañeros, porque el futuro … ya llegó!