Por los muchos que ya no estan

El domingo 4 de Septiembre a la madrugada, en el barrio de Constitución, mataron a golpes a un joven de Zavaleta, de 18 años de edad, a la salida del boliche “Chicha”. No es menor, aunque resulte impactante, mencionar que este muchacho llamado Lucas padecía de enanismo y de ciertas discapacidades que esta malformación conlleva.

No pudo correr, aunque lo intentó. Lo atraparon, lo golpearon salvajemente y allí murió.

Se supone: no hubo testigos, ni hubo cámaras, no hubo responsables y todavía no hay culpables. Lucas ya no existe y pasa a ser uno más en la lista de jóvenes (cada vez más jóvenes) que mueren no sólo porque la vida se les va en situaciones extrañas, sino también que mueren más de una vez ante el silencio y la inacción de esta Ciudad que casi nunca se entera.

Nosotros llamamos a esto negligencia y silencio. SILENCIO de una sociedad que todavía no puede dar el paso hacia la lucha definitiva, colectiva y concreta por los derechos de todos los pibes de este país. Lo llamamos NEGLIGENCIA por parte del Gobierno de la Ciudad, que permite que una casona tomada del barrio de Constitución funcione como boliche sin habilitación, sin seguridad, sin la correcta contención y el cuidado que todos los adolescentes necesitan.

El viernes 9 de Septiembre los familiares, vecinos y amigos de Lucas se movilizaron, junto a distintas organizaciones del barrio, hasta la puerta del boliche Chicha para exigir JUSTICIA. Palabra tan cara. Palabra tan linda. Tan difícil de encontrar.

En sus paredes pidieron y exigieron. Lloraron y gritaron. Banderas y carteles con la imagen de Lucas destrozaban el corazón y daban pura realidad a este asunto nunca mediatizado. Ese “cuarto poder” que tanto se incorpora a la escena política cuando hace falta generar miedo y desestablidad. Pero nunca lo hace por necesidad de solidaridad, de difusión, de informar lo que pasa en los boliches y en las calles porteñas.

Cada joven, chico o chica, pobre o rico, más grande o más chico, merece una vida llena de momentos en los que pueda elegir antes que nada NO MORIR.

Las paredes del boliche hablaron: Lucas, Ale, Aquiles. El Turu. Y la lista seguía.

Quienes ahí estuvimos pudimos comprender de un dolor que es para todos igual. Las madres lloraban todas a Lucas y también a sus hijos, muertos a golpes, a tiros, por gatillo fácil, por peleas barriales o simplemente desaparecidos. Las paredes hablaron de Lucas y también de todos los pibes que mueren, semana a semana en los barrios más humildes de esta Ciudad.

Omi, un chico de 11 años, ahijado de quien escribe, lloraba con angustia. Ante el abrazo que merecía y necesitaba, aunque no fuera suficiente en ese momento, contó de su dolor que es el de todos los jóvenes que pierden a sus amigos sin poder explicar con claridad el por qué. Omi se preguntaba eso mismo. El dolor de no ver más a quien se ama, y el dolor de sentir que algún día puede ser cualquier otro.

Nosotros también pedimos JUSTICIA. Esta Justicia que tiene que ver con los derechos sociales y colectivos de una sociedad más justa, que es por la que militamos y luchamos.

En eso estamos, y aunque sepamos que hace falta mucho, pedir Justicia y decir presente nunca está demás. NI UN PIBE MENOS, NUNCA MAS!!!!!