“Hoy, quienes tienen a la Argentina como
patria, nos enseñan
que quien camina la memoria, en realidad camina
la vida.
Y queremos que todos y todas ustedes sepan que
escuchamos
sus pasos y que, al escucharlos, recordamos que
el principal atributo
del ser humano sigue siendo la dignidad.”
Subcomandante Marcos
El miércoles 21 de marzo, los compañeros y compañeras de la
Unidad Básica Lealtad de la villa
Zavaleta, nos reunimos para charlar sobre el 24 de marzo.
Nuestras voces se mezclaron con un dolor atragantado que sin
ser nuestro, no nos resulta nada lejano.
Fresco en nuestro pensamiento apareció Néstor. El Flaco. El
compañero que vino a devolvernos la Historia. A permitirnos mirar de cara al
futuro, sin dejar de reconocernos en nuestro pasado. Ese pasado que tanto
duele. Nos duele.
El 24 de marzo de 1976 la Argentina entraba en una de las
fases más oscuras de su historia: arrodillaron a nuestra Patria, arrodillaron y
masacraron a nuestros jóvenes, padres, madres, hermanos, amigos y amigas.
Derramaron dolor. Ellos: los militares, los aliados, los santos evangelios, los
medios de comunicación que ya no eran medios sino “monos” y no comunicaban,
sino que entregaban. Entregaron, se hicieron cómplices, callaron, ocultaron,
permitieron, festejaron, disfrutaron.
MEMORIA es
recordar. Memoria es decir NUNCA MAS. Memoria es que no vuelva a pasar.
La Memoria nos hace justos y devuelve en parte algo de paz a
todas las victimas del silencio argentino, cómplice durante décadas de esos años
tan oscuros. Memoria es sabernos aun fuertes para seguir dando batallas por la
felicidad de nuestro pueblo. Memoria es bajar cuadros, formar miles y dejarnos
ser, con convicción, fuerza y coraje.
La memoria, la de todos los argentinos, es saber que existió
un 24 de marzo de 1976. Memoria es recordarlo, buscando la verdad para hacer un
poco más justa nuestra historia.
Nada peor podría suceder que negar nuestra Historia una vez
más, porque eso sería negarnos a nosotros mismos. A aquellos y a estos. A los de
antes y a los de ahora. A los que luchaban y que, no casualmente, fueron
masacrados. Nuestro país necesita dignificarse cada día más, y para lograr eso
necesita también hablar de su Historia, reconocerla, hacerla propia.
Con la memoria conquistada, encontramos la VERDAD negada a la gran mayoría del
pueblo argentino durante muchos años. La verdad
nos hace grandes. Hasta quizás nos haga adultos y responsables. Y llegó
así el momento de poner nombre a cada victima y rostro a cada culpable.
Verdad es saber que los militares no actuaron solos. Verdad es poder comprender que en los
procesos históricos las cosas no siempre suceden así sin más.
VERDAD hoy, para nosotros, es encontrarnos en ellos,
fundirnos en ellos. En aquellos, miles, por ser hoy también miles los que nos
buscamos en ellos.
VERDAD es saber que las 30.000 victimas no buscaron una
guerra, que NO fue una guerra, que nada malo puede tener una juventud
organizada, un pueblo organizado, el sector obrero organizado.
VERDAD es saber que quienes tomaron el poder ese 24 de marzo
temían a esa lucha por la dignidad, a ese desafío tan jovial, a esa lealtad, a
ese compromiso, a esa fuerza tan difícil de parar.
Las armas más genuinas de esa juventud organizada fue la revolución
cultural e intelectual de la que eran actores activos: propiciadores de
cambios, constructores de ese mañana que otros sectores no compartían. A cambio,
estos últimos, impusieron violencia y negación.
Hablar de VERDAD es que cada argentino y argentina comprenda
que esos “muchachos de los 70`s” no sólo tenían convicciones y fuerzas, sino
grandes mentes y un gran futuro como libertadores de esta Patria. Que esos
muchachos fueron perseguidos y torturados porque los que tenían miedo eran los
otros. Los Otros que temían perder su poder, su clase social, su espacio
político, su espacio dogmático y religioso. Los que no podían usar ideas porque
no las tenían, pero usaron aviones, balas y picanas.
Este miércoles 21 de marzo de 2012, nos queda claro que 36
años más tarde, valoramos este momento de nuestra historia y tomamos de los
30.000, nuestros compañeros y compañeras, esa humildad y ese amor por la Patria
que los hizo grandes y que los hará siempre grandes para nosotros.
36 otoños más tarde floreces 30.000 flores en cada compañero
36 otoños más tarde también podemos decir y sentir que no
nos han vencido. Recogemos las banderas de aquellos que lucharon por un país
más justo, por la liberación de nuestra Patria, con la humildad de confiar en
un futuro de mayor justicia para todo el pueblo argentino. Aquellos que aguantaron
y contuvieron el dolor, las picanas, los insultos, las corridas, las
represiones. Aguantaron, lucharon y no claudicaron.
Esta juventud, 36 años más tarde, expresa con claridad (y cada
día) todos sus deseos de seguir luchando por una Patria Justa, Libre y
Soberana. Eso, en este contexto de plena DEMOCRACIA,
es para nosotros la JUSTICIA:
JUSTICIA es poder nombrar y recordar a los 30.000 compañeros
detenidos-desaparecidos.
JUSTICIA es mirarnos a la cara, salir a las calles,
formarnos, confiar, creer y amar a la Patria sin temor de ser hostigados, ni
perseguidos, ni fusilados.
JUSTICIA son los miles de juicios y sentencias a los
represores.
JUSTICIA son las decenas de hijos y nietos recuperados.
JUSTICIA es que las madres y las abuelas de mayo puedan
contar su historia. JUSTICIA es que haya existido en nuestra historia un
Presidente que haya pedido perdón en nombre del Estado argentino por aquéllos
años tan oscuros.
JUSTICIA es que este 24 de marzo una vez más la plaza se
llena de militancia, de juventud, de pueblo.
JUSTICIA es que exista una Presidenta que continúe
interpelándonos a ser jóvenes organizados, a ser luchadores y a ser los grandes
protagonistas junto a ella de esta Historia.
Por el camino de la Memoria reconstruimos la historia de la
Verdad para que nunca deje de existir la Justicia.
Vamos por más. Ni un paso atrás.
Es momento de decir GRACIAS!! Por eso este 24 de marzo todos
vamos a la plaza!!!!
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